Togo es la cuna del Vudú. Los países caribeños, o estado sureños en
USA, recibieron la religión vudú de los esclavos importados de estas
zonas en los siglos XVI al XVIII. Como dato, en el vecino Benin, el Vudú
es aún hoy en día, la religión oficial.
En Togo además del vudú también
hay musulmanes (negros, no moros), evangelistas y católicos.
Un poco alejado del centro, a la altura del hotel Sharakawa, el mercado
de los fetiches (feticheurs), ofrece todo tipo de fetiches y para todas
las cosas. Desde piedritas, maderitas, figuritas labradas, y otros
objetos... hasta cabezas de mono disecadas, serpientes, y bichos de todo
tipo.
Objetos, que curiosamente, calman las incertidumbres humanas: Cosas para el amor, para el sexo, para los viajes, para la salud, para la memoria, para suerte, para la comida... todos con su propio ritual de uso. Teóricamente, los objetos expuestos en el mercado, no tienen aun ningún poder. Es cuando el brujo les hace el ritual y les hecha la sangre cuando adquieren sus mágicos poderes.
La ambiciosa religión Vudú, no solo cuida del espíritu de estas gente, sino que también de su salud. Cuando tienes algún mal, vas al brujo, que te dice si lo tuyo es de solucionar con vudú, o de solucionar en el hospital, y teniendo en cuenta que el sistema sanitario es de pago, tanto el médico como las medicinas, casi que mejor que su problema se arregle con el vudú.
Este mercado de fetiches no es él único, ni el más original. Está pensado para turistas como un negocio: Se cobra entrada por persona, y por cámara; incluye visita guiada con explicación por los aparadores de objetos, y visita al brujo que te ofrece los fetiches más adecuados para ti. Los especialistas en el tema, tendrán que buscar en otros lugares menos turísticos, donde se proveen los brujos locales.
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