En numerosas culturas antiguas, el culto y la adoración a la
naturaleza eran una realidad diaria. Majestuosos animales como los
leones, las águilas, las cobras entre muchos otros eran símbolos de
poder que muchas veces se asociaban a los dioses o los emperadores. Pero
hay un ave pequeña y quizás poco llamativa que atrajo la atención del antiguo imperio egipcio de tal manera, que aparece repetidas veces en sus extraordinarios jeroglíficos: el Ibis eremita, una especie en peligro crítico de extinción de la que quiero hablarte hoy.
Algunos datos del Ibis eremita
El rango de distribución del Ibis eremita (Geronticus eremita)
llegó a ser tan vasto, que en el siglo XVI sus inmensas colonias se
podían encontrar en gran parte de Europa Central, el valle del Danubio,
la península ibérica y prácticamente todo el norte africano. Sin
embargo, hoy en día apenas puede ser visto en pequeñas regiones
africanas, siendo una de las especies que tienen más ejemplares en
cautiverio, en zoológicos y refugios de fauna, que en el medio salvaje.
Estas aves miden unos 75 cm de longitud y no pesan más de un 1,5 kg,
por lo que se considera un ave de talla media. Su plumaje es negro
brillante con tonalidades iridiscentes que le dan un aspecto metálico y
en ocasiones púrpura. Presentan la cabeza desnuda de plumas que le da
aspecto de anciano, de ahí su nombre científico de Geronticus, y
lucen un lindo penacho de largas plumas en la nuca que hacen que sean
fácilmente distinguibles. Otra característica distintiva es su largo y
curvo pico con tonos rojizos.
Un ave sagrada para los egipcios
Los antiguos egipcios tenían al Ibis eremita entre sus animales más sagrados,
ya que la asociaban con una especie benefactora debido a que es capaz
de devorar serpientes venenosas. De hecho, su imagen grabada en los
caracteres jeroglíficos de las areniscas del valle del Nilo equivalía a
“ser benéfico”, considerándose la encarnación del dios Thoth.
También ha sido encontrado esculpido en placas de marfil egipcias de
más de 5000 años de antigüedad, consideradas de las primeros indicios de
escritura y hallados en el yacimiento de Abydos.
¿Por qué casi ha desaparecido esta ave?
La desaparición casi absoluta de esta emblemática especie se ha atribuido a dos factores principalmente, los cambios climáticos y el hombre.
En el primer caso, se piensa que la pequeña Edad de hielo que afectó
al planeta desde el siglo XIII hasta el XIX hizo que los inviernos
fueran extremadamente crudos en Europa, lo que provocó trastornos
importantes en las migraciones del ibis desde europa central ya que les
era muy difícil atravesar la zona alpina, condenando estas poblaciones a
la extinción.
Sin embargo, como en tantas ocasiones, la mayor presión vino dada por
parte del hombre, quien la cazó salvajemente durante toda la edad media
ya que era considerada un ave de gran valor cinegético. Esto fue
haciendo desaparecer poco a poco esta ave de todo el continente europeo,
quedando limitada a ciertos reductos africanos.
Recuperación de Ibis eremita
Fuene: Ojo Curioso
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