Las religiones en África
En
el continente africano existen dos grandes ámbitos culturales
determinados por influencias religiosas distintas, que se distribuyen en
el norte de África y el área subsahariana. Además, en África resulta
fundamental el impacto de dos religiones extrañas al continente: el
cristianismo y el Islam. (foto del arte religioso de algunas tribus africanas).
Las religiones étnicas africanas:
Las religiones étnicas africanas se caracterizan por su variedad.
Perduran cazadores-recolectores como los san (bosquianos) del desierto de Kalahari o los pigmeos efe y mbuti del bosque ecuatorial. Divinizan
la bosque y agradecen a los que imaginan sus pobladores sobrenaturales
el alimento y su ayuda. Al vivir en grupos muy poco numerosos y nómadas
no tienen santuarios ni poderosos especialistas religiosos. Entre los
pueblos pastores del África subsahanana como los dinka del sur de Sudán o
los fulani de Niger y Chad el ganado es divino y los rituales
principales buscan propiciar la fertilidad de los animales y preservar
su salud, en especial durante a fiesta anual del ganado.
Los
pueblos agricultores forman agrupaciones más numerosas, tienen dioses
de las cosechas pero también divinidades supremas. En muchos grupos
diferentes se ha testificado la creencia en dioses creadores que se han
retirado del mundo de los humanos (se les llama dioses ociosos) y aunque
se les recuerda no se les ofrece culto.
Continúan su labor otros dioses
o seres sobrenaturales (se les llama dioses o héroes culturales) que
convierten al mundo en habitable para el ser humano y a los que se
agradece los favores en el culto cotidiano. Los rituales africanos son
muy variados, los principales buscan dar culto a los antepasados,
Iibrarse de la brujería o poner de relieve la soberanía de los reyes y
gobernantes. El ritual africano más complejo que se conoce es el sigi de
los dogón de Mali, que se realiza cada 60 años y rememora y restaura la
creación del mundo.
Los Ndembu
Un
caso ilustrativo de religión agrícola es el de los agricultores ndembu
del noroeste de Zambia. De entre los múltiples ritos que configuran su
religión, destacan los matrimoniales y reproductivos.
La
sociedad ndembu es matrilineal, es decir, la mujer transmite los
derechos sucesorios y determina la línea de descendencia, aunque la
residencia matrimonial la determina el marido, lo que supone que los
recién casados vayan a vivir con el grupo familiar centrado en la madre o
en la hermana del esposo.
Este
sistema genera un conflicto en las mujeres, que por una parte se ven
sometidas a las exigencias residenciales de la familia del marido, que
intenta retener durante el mayor tiempo posible a los hijos y a la
madre, y por otra parte se sienten presionadas por el grupo materno que
intenta atraerse a la mujer y su prole por medio del divorcio. Los
conflictos suelen materializarse en diversos trastornos de la mujer, que
van desde la esterilidad a partos múltiples o menstruaciones anormales.
En estos casos se considera que una antepasada de la mujer actúa en
venganza avisando de que alguien no está cumpliendo correctamente sus
deberes hacia la familia.
Para
determinar el origen del conflicto, actúa un adivino que indica quién
es la causante del problema y, por último, un sanador espiritual que por
medio del rito soma resuelve la situación. La evidente arbitrariedad de
la aparición de un ancestro parece en realidad un mecanismo que intenta
conseguir la pacificación de la actitud que está provocando conflictos.
Las dotes del adivino sirven en estos supuestos para determinar lo que
se considera un problema. Cuando un grupo retiene demasiadas mujeres,
junto a su prole, por la doble vía del matrimonio y del divorcio, pueden
surgir problemas por el tamaño del grupo.
El islam en África
En
el norte de África se mantienen aún poblaciones nómadas o semi-nómadas
como los tuareg o los bereberes, que tuvieron contacto con el islam
desde épocas tempranas y lo difundieron en su entorno. Por otro lado, en
la zona subsahariana perduran religiones étnicas y se han creado otras
sincréticas, con elementos ancestrales y con influencias ajenas a las
propias costumbres.
La
penetración islámica es antigua y muy homogénea en el norte: Egipto, Libia, Argelia, Túnez, Marruecos, países en los que además es la
religión oficial. Sin embargo, es más reciente en la zona subsahariana.
El Islam se extiende de forma muy generalizada en Sudán, Mauritania, Somalia, Senegal, Gambia, Guinea, Níger y Malí. Es la religión
mayoritaria en Chad, Sierra Leona y Nigeria. En algunos casos convive
con las religiones africanas aborígenes como en Sudán, Guinea Bissau,
Sierra Leona, Costa de Marfil, Burkina Faso, Togo y Benin; o enfrentado
al cristianismo como en Eritrea y Etiopía, Liberia o Ghana.
Pero
el islam es una religión que mantiene su expansión en África. En la
actualidad es creciente en la costa oriental del continente, como en Tanzania y Mozambique, y en países ya citados como la franja de los
limítrofes con el sur del Sahara (Chad, Níger y Malí) y sus aledaños
(Nigeria, Burkina Faso y Costa de Marfil).
En
lo relativo a los datos totales hay que tener en cuenta que el país más
poblado de Africa, Nigeria, cuenta con más de 50 millones de
musulmanes. Aunque sea menos de la mitad de la población del país, se
trata de un número solamente superado en África por el de los musulmanes
de Egipto, que se aproxima a los 60 millones.
El cristianismo en África
El cristianismo tuvo dos momentos de expansión. El más antiguo llevó a
la consolidación de la ortodoxia en Etiopía, el segundo se produjo con
la penetración de las potencias coloniales europeas, que utilizaron a
los misioneros de todas las iglesias para controlar a la sociedad
africana aborigen.
La
zona de mayor impacto del cristianismo colonial parte de territorios
fronterizos con el Islam meridional y engloba al centro y sur de Africa.
El
catolicismo es generalmente hegemónico en los antiguos dominios
coloniales de potencias católicas como Bélgica, Portugal, España y
Francia. El protestantismo suele imperar los antiguos territorios
ingleses.
Un
caso particular lo marca Sudáfrica, donde la inmigración proveniente de
países protestantes determina la importancia de esta religión.
Otro
fenómeno muy destacado en el África central meridional es el impacto
de las iglesias afro-cristianas independientes y sincréticas, a las que
se adscribe la cuarta parte de los fieles en bastantes países como Congo, Republica Democrática del Congo, Kenia, Zimbabwe, Zambia, Swazilandia y Sudáfrica. Sirven en algunos casos de vía de consolidación
de una opción que, aunque posea raíces de una cultura extraña, incluye
ritos y costumbres de los cultos aborígenes.
Cultos aborígenes y diversidad religiosa
Una
característica peculiar de la religión africana es el mantenimiento de
cultos pre-europeos en muy diversas zonas, incluso islamizadas o
cristianizadas desde antiguo como Sudán o Etiopía.
Los
cultos aborígenes son importantes tanto en países del África occidental
(Guinea Bissau, Sierra Leona, Liberia, Costa de Marfil, Burkina Faso, Togo, Benin), como del África oriental y meridional (Tanzania, Malawi, Mozambique, Zimbabwe, Botswana, Madagascar), y en los últimos decenios,
tras la independencia, no suelen sufrir la fuerte presión por parte de
misioneros y de religiones no africanas que era habitual anteriormente,
con ciertas excepciones entre las que destacan las de los países
musulmanes. Además, salvo en los países musulmanes del norte, resulta
habitual la multirreligiosidad con la convivencia en un mismo país de
muy diversas religiones, en algunos casos con un número de seguidores
muy aproximado, sin que sean habituales los conflictos religiosos, ya
que los enfrentamientos suelen estar causados por diferencias tribales
y, además, grupos antagónicos pueden poseer la misma religión como
consecuencia de la acción de misioneros o de potencias coloniales.
Fuente: Enciclopedia del Estudiante (Santillana – La Nación) Tomo 17 Religiones y Cultura.
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